Para la socióloga egresada de la Udelar y doctora en Antropología Social por la Universidad de los Andes de Colombia, Luciana Scaraffuni, el Coronavirus hizo visible la desigualdad estructural entre los distintos sectores de la sociedad uruguaya.
Entrevistada por UNI Radio, la profesional fue consultada sobre los efectos sociales de la pandemia. Para ella, el virus no generó mayores divisiones sociales sino que evidenció las ya existentes. «Hay serias desigualdades estructurales que nos ubican en posiciones distintas para poder asumir esa cuarentena obligatoria que se nos impone», sostuvo y añadió que paralelamente al esfuerzo médico que se realiza, es imprescindible que acompañen medidas que mitiguen otras situaciones de vulnerabilidad.
Scaraffuni parte de las diferentes condiciones con que cuentan los trabajadores: mientras algunos realizan el trabajo desde casa y acatan la cuarentena preventiva, otros necesariamente deben realizar sus labores en forma presencial. A esta situación se añade la dificultad de compatibilizar las tareas del hogar y el cuidado de personas a cargo con las jornadas diarias.
Distanciamiento físico sí, aislamiento social no
Los vínculos con los familiares y amigos, la importancia del teletrabajo y la educación a distancia son las modalidades de interacción más frecuentes en estos días. Scaraffuni destaca que tras el virus los dispositivos electrónicos que utilizamos permanentemente se vuelven aún más necesarios. La continuidad de los vínculos es más difícil pero han sabido adaptarse.
El uso de las plataformas virtuales en los centros educativos es el ejemplo más claro. «Ha sido un cambio bastante importante», calificó la profesional a pesar de que indicó que no suplanta el proceso que se genera en el aula.
Por otra parte, destacó que «una cosa es el aislamiento social y otra es el distanciamiento físico». Reconoció el rol de la comunidad y los barrios en torno a las actividades que se realizan para contemplar las necesidades de las poblaciones más vulnerables. «Las ollas populares son una medida de ayuda, de solidaridad», expresó a UNI Radio. «Son herramientas para paliar la situación económica» y paradójicamente, «se están dando con más fuerza».
Contemplar todas las dimensiones
Las medidas tras el coronavirus y la interacción con la virtualidad generan efectos en diversas dimensiones. «Cambiaron los paisajes que parecían familiares por un paisaje reiterativo del encierro. Todo esto rompe un poco con esas dinámicas y rutinas en general que se han visto interrumpidas».
Paralelamente, según la entrevistada, el virus acarreará padecimientos psicológicos y deberían generarse reflexiones en cuanto a la aparición de ciertos trastornos. Si bien la virtualidad como nuevo lugar de encuentro genera redes de contención, para estos casos se necesita otro tipo de acercamiento, manifestó.
También mencionó dentro de las desigualdades a la violencia de género y sostuvo que «el gobierno tiene la obligación de tomar medidas serias con respecto a esas poblaciones». Una propuesta adecuada para la profesional sería formar un comité de emergencia integrado por representantes de todos los ámbitos de la sociedad.