Docentes de la Universidad de la República (Udelar) junto con estudiantes de la Facultad de Ciencias Sociales (FCS) y técnicos de la Asociación de Bancarios del Uruguay (AEBU), elaboraron un informe sobre Ollas y merenderos populares en el país, donde se sirvieron casi ocho millones de platos de comida desde el inicio de la pandemia hasta fines de julio.
El informe identificó al menos 700 ollas y merenderos solidarios que emergieron debido a la pandemia aunque se estima que alrededor de 800 están en funcionamiento pero no fueron incorporados en el registro dado que tienen sede en localidades departamentales con poca comunicación con otras ollas.
En total se encuestaron 433 experiencias, de las que 40% pertenecen a la capital y el resto, se encuentran distribuidas en el interior del país. Asimismo, 60% de los «entramados solidarios» corresponden únicamente a ollas populares, 33% se desarrollan como olla y merendero y solo 7% funciona exclusivamente como merendero.
En promedio, tanto las ollas como los merenderos, abren tres veces a la semana sirviendo 180 y 124 porciones por día, respectivamente. Desde marzo hasta julio fueron servidas 5.919.000 porciones en las ollas y 2.041.000 porciones en merenderos populares.
El estudio identificó diferencias entre el tamaño de las experiencias en Montevideo y el interior del país. Mientras que «en promedio las ollas de Montevideo sirven 212 porciones diarias», en el interior se sirven 161 porciones por día en promedio. La misma relación sucede ante los merenderos, en la capital sirven 167 porciones diarias en promedio y en el interior el número se reduce a 101.
La investigación constata además un «aumento en forma exponencial» desde el momento en que se decretó la pandemia hasta mediados de abril, que luego continuó en menor medida.
Luego, a partir de junio se identifica un decrecimiento paulatino debido «principalmente a la escasez de recursos, a la imposibilidad de las personas organizadoras de sostener la iniciativa o a la menor demanda de alimento». No obstante, «un número muy importante de ollas continuaron y continúan hoy brindando alimento a quienes lo necesitan», agrega el documento.
En cuanto a los organizadores de las actividades, se visibiliza cierta «heterogeneidad del fenómeno» que posiciona a las experiencias de tipo vecinal como las principales en todo el país, a cargo de 43% de los casos encuestados. Además, en 51,5% de las experiencias se infiere que existía un colectivo o grupo previo al desarrollo de las actividades solidarias. En su mayoría, los integrantes eran mujeres y jóvenes de entre 18 y 39 años.
Se establecieron «estrategias diferenciales según las lógicas territoriales» pero en su mayoría, 51% de las ollas y merenderos del país forman parte o están en coordinación con alguna red u otras ollas, según finaliza el primer apartado del informe.