En el marco del mes de la afrodescendencia y en conmemoración del 25 de julio como Día Internacional de las Mujeres Afrolatinas, Afrocaribeñas y de la Diáspora, se realizó en Facultad de Ciencias Sociales (FCS) el conversatorio «Afrodescendencia, antirracismo y epistemicidio».
La actividad, organizada por la Comisión de Género y Diversidad de la FCS y el Colectivo de Estudios Afrolatinoamericanos de la Comisión Sectorial de Investigación Científica de la Universidad de la República (Udelar), contó con la participación de Lourdes Martínez Betervide, Florencia Egaña y Fernanda Olivar integrantes de este Colectivo, quienes examinaron el rol de la Udelar en la promoción de una sociedad antirracista, con énfasis en la integración y valoración de la afrodescendencia en el ámbito académico.
Florencia Roldán, asistente académica de Decanato e integrante de la Comisión de Género, fue la encargada de dar la bienvenida. Celebró la concreción de este tipo de evento que permiten «abrir espacios de encuentro, de aprendizaje y acción», al tiempo que buscan «explorar y dialogar sobre temas cruciales que afectan a la comunidad académica y a la sociedad en su conjunto». «Esperamos que estas discusiones y reflexiones que surjan hoy nos inspiren a todos y a todas a actuar con determinación en la lucha contra el racismo y la discriminación», concluyó.
Martínez Betervide, diplomada en Género y Políticas de Igualdad, especialista en Políticas Públicas y Derechos Humanos e integrante de la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeñas y de la Diáspora, abrió la ronda recordando que desde 2006 se celebra el Mes de la Afrodescendencia a impulso del Ministerio de Desarrollo Social y tomando en cuenta dos hechos importantes que marcan este mes: el nacimiento de Nelson Mandela el 18 de julio de 1918 y la creación el 25 de julio de 1992 de la Red que integra. La creación de esta Red surge a partir de la necesidad de las mujeres afro de tener una agenda propia, ya que la agenda feminista era una agenda «no-afro» que no contemplaba sus necesidades, indicó. Además, señaló que el concepto de afrodescendencia, que refiere al «resultado de un proceso histórico, sociocultural y político, que alude a una identidad autodeterminada y asumida», surgió de la propia comunidad como una de las demandas del plan de acción de la Tercera Conferencia Mundial contra el Racismo del año 2001. Es un término que surge como reivindicación de derechos y revalorización de un legado cultural.
Apuntó que recién en 2013 con la probación de la Ley 19.122 Uruguay reconoce que «la población afrodescendiente que habita el territorio nacional ha sido históricamente víctima del racismo» y se propone «reparar los efectos de [esta] discriminación histórica». En ese sentido, remarcó como un gran paso el Censo de Población de 2011 que a través de la consulta sobre la ascendencia étnico-racial, logró darle por primera vez «visibilidad estadística», fundamental para seguir construyendo política pública, y demandando acciones. A partir de ello, se pudo establecer que un 8,1 % de la población en 2011 se identificaba como afrodescendiente, concentrándose en Rivera, Artigas, Cerro Largo, Tacuarembó, Salto y Montevideo, con un 51 % de personas con Necesidades Básicas Insatisfechas frente a un 32% de la población general, por ejemplo. También se pudo constatar que las mayores brechas de desigualdad se dan en las dimensiones laborales y educativas, y por ello se entendió que se debían priorizar y ello se recogió en la Ley de 2013.
Afrodescendencia y academia
A su turno, Fernanda Olivar, antropóloga especialista en Políticas Sociales, docente asistente en el Centro de Estudios Interdisciplinarios Feministas (Ceifem) y del Programa de Respaldo al Aprendizaje (Progresa) de la Udelar, definió al racismo como una «ingeniaría de distribución de los poderes entre las poblaciones a raíz de la creencia en la superioridad psicológica, moral y espiritual que ubica a una parte de la población en la cúspide de la civilización y se reserva para sí el derecho de la humanidad». Agregó que el concepto de «raza», que se imbrica con el sexismo, surgió en la época colonial y «se utiliza como un marcador social que genera inequidad y desigualdad, amparándose en nociones precientíficas». Además que una vez abolida la esclavitud no se generó un proceso de reparación.
Todo este proceso histórico moldeó hasta el día de hoy «los comportamientos, las ideologías, los vínculos interpersonales, físicos psicológico, y ha teñido esa naturalización de las “diferencias” que en algún momento se establecieron». Por ello, explicó, hay mucho por hacer lo que implica mucho conocimiento y la necesidad de generar acciones. Para ello, es necesario tener en cuenta que el racismo se manifiesta de diferentes maneras en diferentes lugares y épocas. Por ello, llamó a preguntarse cuál es el racismo a la uruguaya a fin de poder actuar.
En el marco de la Declaración de la Universidad Antirracista (Resolución del 5 de setiembre de 2023), Olivar llamó a la institución «responsabilizarse por implementar acciones afirmativas». Recordó que la Ley 19.122 en su Artículo 8 establece el fomento de la investigación, la trasmisión de la historia africana y afrodescendiente, por lo cual es fundamental que, en tanto productora de conocimiento, «comience a trabajar para que todas las acciones de investigación, educación y extensión tengan en cuenta este marco normativo».
Por último, Florencia Egaña, maestranda en Información y Comunicación, docente en el Área de la Información en la Facultad de Información y Comunicación (FIC), y funcionaria de la Biblioteca de Facultad de Ciencias se preguntó si el conocimiento afro llega a la Udelar y qué incidencia tienen en la producción de conocimiento las personas que integran esta comunidad. En ese sentido, recordó que en la institución trabajan más de 10 mil docentes pero solo 88 son mujeres afrodescendientes. En esta línea, agregó que estas voces no están circulando en la Universidad, y que, por ejemplo, al consultar por afrodescendencia, racismo y antirracismo en el catalogo de sus bibliotecas o en su repositorio, el sistema devuelve muy pocos resultados, «cuestión preocupante ya que esta casa de estudios produce el 80% del conocimiento del país».
Opinó que se debe tener una política de formación en relaciones étnico-raciales, encontrar los ámbitos para incidir, y que, en el caso de las bibliotecas, se podrían adaptar los sistemas de clasificación para la recuperación de la información afrocentrada. «Es posible lograr que la producción de conocimiento que es función de la Udelar tenga contemplado al conocimiento afrocentrado», concluyó.
La actividad, que fue moderada por Jenny Segovia de la Unidad de Asesoramiento y Evaluación de Facultad, cerró con un espacio de intercambio entre las integrantes de la mesa y el público presente.