Se llevó a cabo el encuentro del «Ciclo de diálogos de saberes sobre sexualidad y discapacidad», organizado por el Grupo de Estudio sobre Discapacidad (Gedis). Se trata del primero de un ciclo de tres instancias de diálogo.
En esta oportunidad se plantearon cuatro preguntas disparadoras del diálogo entre el público y los invitados. Los primeros en exponer fueron Darwin, de 33 años de Minas, diagnosticado con parálisis cerebral que le afecta unicamente la parte motriz y usuario de silla de ruedas; y Silvia, también usuaria de silla de ruedas y en situación de discapacidad motriz adquirida de larga data, y activista por los derechos de las personas en situación de discapacidad, voluntaria comunitaria y madre jefa de familia. Luego cada una de las personas que seguían la actividad a través de la plataforma zoom también pudieron dar sus visiones. Los ejes pasaron por plantear qué se entiende por sexualidad; si es un tema que se hable entre las personas con discapacidad o en sus familias; qué diferencias hay en cómo habitan la sexualidad los hombres y las mujeres o cualquier otra identidad de género; y qué tabúes existen en torno a la sexualidad y la discapacidad.
Los presentes coincidieron en que la sexualidad es inherente a la condición humana, un derecho de toda persona tenga o no discapacidad y la importancia de la educación a lo largo de la vida para ejercer ese derecho. Sin embargo, es un tema del que no se habla en sus familias ni en la sociedad. Uno de los factores que dificulta su abordaje, según mencionaron algunos participantes, es que desde las propias familias muchas veces se infantiliza a las personas en situación de discapacidad, y se las ve, por lo tanto, como individuos que no pueden vivir la sexualidad, ni ser personas autónoma en general o expresar lo que sienten. En ese sentido, Darwin dijo: «prácticamente no se habla en nuestra familia, tal vez por la visión que tienen de nosotros de que somos “angelitos”, que no nos interesa. Pero es algo de lo que deberíamos hablar». Silvia, por su parte agregó que desde los controles pediátricos se debería dar información, evacuar las dudas de las padres que tienen un hijo con discapacidad e ir preparándolos en relación a la sexualidad de sus hijos.
Todos los participantes estuvieron de acuerdo, además, en que efectivamente hay diferencias en cómo habitan la sexualidad los hombres y las mujeres. Para estas últimas la situación en más difícil: «hay más cuidado con las mujeres, siempre van acompañadas por hombres. No tienen espacios como los prostíbulos. Si la mujer paga, es mal visto», comentó una participante.
Todas las personas que dieron su opinión en el evento destacaron la importancia de espacios de este tipo para hablar sobre las diversos aspectos de la vida de las personas en situación de discapacidad desde sus propias experiencias.
El 17 de agosto y 14 de setiembre entre las 18 y las 19.30 horas tendrán lugar los próximos encuentros virtuales que contarán con Intérprete de Lengua de Señas Uruguaya (LSU)
Las personas interesadas en participar podrán acceder con el enlace que se presenta a continuación. La actividad es libre y gratuita.