Facultad de Ciencias Sociales

La sociedad uruguaya ha cambiado a gran ritmo en las últimas décadas. Vivimos en familias menos estables, más complejas y mucho más diversas, y se ha vuelto más difícil conciliar la vida familiar con las obligaciones laborales y el ocio. A nivel macro, fenómenos de larga duración como el proceso de envejecimiento poblacional interactúan con estas transformaciones y modifican notablemente el panorama. Entre otros aspectos, estos cambios determinan la convivencia de generaciones distintas como nunca antes, generan nuevas demandas de cuidados y bienestar, modifican la toma de decisiones durante el curso de vida de las personas y reorientan sus opiniones y actitudes.
La Encuesta de Generaciones y Género (EGyG) provee datos de acceso abierto que proporcionan insumos novedosos para el conocimiento de estos cambios recientes. La realización de la EGyG en Uruguay implicó la incorporación al Programa de Generaciones y Género (GGP por sus siglas en inglés) como primer país latinoamericano, lo que permite, además, comparar estas transformaciones con las ocurridas en un conjunto amplio de países.
La encuesta cubre variedad de temas entre los que se destacan el calendario de eventos del curso de vida, la formación de parejas, el comportamiento reproductivo, la toma de decisiones de los hogares, las relaciones intergeneracionales, la salud y el bienestar individual, las condiciones de trabajo e ingresos, las actitudes y valores frente a diferentes temas y los impactos de la pandemia de COVID-19. Una de sus principales ventajas, debido al gran tamaño muestral, es que permite desagregaciones más detalladas que las habituales para este tipo de encuestas: por edad, nivel socioeconómico, ocupación y tipo de hogar, entre otros. Por ejemplo, permite desagregar los datos en el territorio nacional por regiones, describiendo la heterogeneidad de la población uruguaya más allá de la distinción entre Montevideo y el resto del territorio nacional.

Ficha técnica

Fecha del relevamiento: Entre octubre de 2021 y diciembre de 2022

Muestra: 7.245 casos

Universo: Población urbana (residente en localidades de 5000 personas o más), entre 18 y 79 años

Disponibilidad de datos: Abiertos en www.ggp-i.org

Coordinación del proyecto: Programa de Población de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República (PP-FCS-Udelar): Ignacio Pardo, Wanda Cabella, Mariana Fernández Soto, Gabriela Pedetti y Santiago Pelufo

Coordinación del trabajo de campo: Iael Klaczko, Santiago Pelufo, Florencia Anzalone, Maximiliano Sala Crist y Daniella Castro.

Instituciones asociadas al proyecto: Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco de Previsión Social (BPS), Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y Sistema Nacional Integrado de Cuidados (SNIC-MIDES)

Apoyo logístico y técnico: Instituto Nacional de Estadística (INE) y Plan Ceibal.

Relaciones de pareja

¿Qué tipo de relación de pareja predomina en las distintas generaciones y regiones del país?

El 54% de la población adulta vive en pareja, con grandes variaciones en función de la edad y el sexo. A modo de ejemplo, después de los 65 años solo un tercio de las mujeres tiene pareja en el hogar frente al 60% de los varones. Además, los datos de la encuesta permiten saber quiénes mantienen una relación de pareja pero no conviven: son el 12% de las mujeres y 13% de los varones.
Existe un patrón por edad muy claro en la elección del tipo de unión, la enorme mayoría de la población joven elige la unión consensual frente al casamiento, mientras que entre las generaciones más antiguas el matrimonio sigue siendo la principal forma de unión. Las relaciones de pareja sin convivencia son más frecuentes entre las nuevas generaciones, y, en particular, entre los varones jóvenes.
La unión consensual, también conocida como unión libre, tiene una fuerte presencia en todo el territorio aunque con diferente intensidad según la región; el centro y sur del país alcanzan el porcentaje más elevado de parejas en unión libre en relación al total de parejas.

¿Cuán satisfechas están las personas con su relación de pareja?

Las personas declaran niveles de satisfacción muy altos con su relación de pareja. El 82% de las mujeres están muy satisfechas con su relación, y el valor es aún más alto entre los varones (88%). No obstante, la encuesta permite rastrear además indicadores de malestar entre las parejas, indagando quiénes han pensado en separarse en el pasado reciente.

Las mujeres declaran con mucho mayor frecuencia que los varones que consideraron poner fin a su relación de pareja en el último año: 18% y 12% respectivamente. Este patrón se repite en todos los grupos de edad.

¿Ha cambiado el lugar en que se conocen las parejas?

El lugar de encuentro, o la forma de cómo se conocen las parejas es un tema clásico de la demografía de la familia y un indicador de la permeabilidad de la estructura social. En la actualidad las tecnologías de comunicación compiten con los lugares tradicionales de encuentro. Si bien las parejas uruguayas continúan conociéndose principalmente a través de amistades, familiares o en los lugares de trabajo o estudio, hay cambios entre las generaciones más jóvenes. Entre ellas, los lugares bailables pierden importancia, mientras las redes sociales o aplicaciones de citas se vuelven cada vez más habituales como lugar de encuentro: entre las personas de 20 a 30 años, un 21% conoció a su actual pareja a través de recursos virtuales.

Cuidados, organización del hogar y decisiones intrafamiliares

¿Quién se encarga del cuidado de los niños?

La encuesta identifica las distintas tareas de cuidado de forma desagregada, lo que permite observar en qué actividades de cuidado cotidiano se involucran las mujeres y los varones y en qué medida toman la responsabilidad de esas tareas. Así, las mujeres y varones declaran que juegan con sus hijos/as por igual, mientras que, en el resto de las actividades cotidianas de cuidado infantil, los varones reconocen que el trabajo recae más sobre las mujeres, aun así declaran que asumen responsabilidades en casi todos los rubros consultados. Las mujeres tienen una visión menos optimista respecto a las responsabilidades compartidas, y declaran ser ellas las principales encargadas de realizar la mayoría de las tareas.

¿Quién se encarga de las tareas domésticas?

En cuanto a las tareas del hogar, las mujeres y los varones coinciden en que las pequeñas reparaciones del hogar son las únicas tareas que están mayoritariamente bajo la órbita masculina, junto con llevar las cuentas de la casa, que es una tarea que se reparte por igual. El resto de los quehaceres domésticos lo desempeñan las mujeres en mucha mayor proporción, según la percepción tanto de varones como de mujeres, aunque los varones estiman que su participación es mayor a la que evalúan las mujeres.

¿Cómo es el intercambio de cuidados y ayudas en las tareas domésticas entre generaciones?

A pesar de que las personas adultas mayores suelen ser vistas como potencialmente dependientes, también desempeñan un importante rol de cuidadores. De hecho, más de un tercio de las abuelas y los abuelos colaboran con el cuidado de sus nietos/as. Como en el caso del cuidado de los hijos y las tareas domésticas, son las mujeres quienes declaran con mayor frecuencia que se ocupan de cuidar a sus nietos/as. El intercambio de ayudas en las tareas domésticas entre generaciones es bastante equitativo. Así, de acuerdo con la declaración de abuelos y abuelas, el saldo entre la ayuda brindada y la recibida es levemente positivo para la generación mayor, especialmente entre los varones.

Conciliación entre la vida laboral y familiar

¿Qué tensiones experimentan varones y mujeres entre el trabajo y la vida familiar?

En una sociedad que, idealmente, avanza hacia un modelo en que tanto varones como mujeres participan de las actividades domésticas y familiares laboral y familiar, el análisis de la conciliación trabajo-familia adquiere especial relevancia, así como sus distintas expresiones según generación y género. La doble jornada no solo es más pesada para las mujeres que para los varones, sino que también les supone un mayor número de preocupaciones cotidianas. Este resultado evidencia que las tareas domésticas siguen siendo naturalizadas como responsabilidad de las mujeres.
Las mujeres declaran que el trabajo interfiere con sus responsabilidades domésticas con mucho mayor frecuencia que los varones. También perciben que la vida familiar perturba su jornada laboral en mayor medida que los varones, pero les preocupan más las dificultades para cumplir con las tareas domésticas y responsabilidades familiares, evidenciada en la gran proporción de mujeres que opinan que no logran desempeñar “sus” responsabilidades domésticas a causa del trabajo.
Además, las personas que conviven con dos o más hijos/as advierten con mayor frecuencia la sobrecarga y el conflicto entre la vida laboral y familiar, en comparación con quienes tienen menos hijos. Esto suele ser señalado como uno de los motivos por los cuales se tiende a reducir la fecundidad a medida que se van sucediendo las generaciones, pero también como una de las principales razones por las cuales son necesarias políticas de conciliación, como los sistemas de cuidados.

¿Cuál es el número ideal de hijos de la población uruguaya?

La norma de los dos hijos sigue siendo el ideal mayoritario en todas las personas sin importar la generación o estrato social de pertenencia. Aun así, se encuentran algunas diferencias. La población con menor nivel educativo mantiene un ideal de familia algo mayor, y entre las mujeres de las generaciones más recientes crece la aceptación del hijo único mientras decrece el ideal de las familias grandes (3 o más hijos). Además, no tener hijos como ideal reproductivo gana algo de terreno entre las mujeres nacidas a partir de la década de 1980 y entre las de nivel educativo alto.

Trabajo y seguridad social

¿Quiénes perciben que tendrán dificultades para llegar a fin de mes?

Los datos de la encuesta permiten también conocer varios aspectos novedosos sobre la vida laboral, como las percepciones subjetivas en torno al trabajo y los ingresos. Un ejemplo de esto es la percepción de dificultades para llegar a fin de mes con los ingresos del hogar. La EGyG muestra para las diversas ocupaciones un claro gradiente de mayores dificultades entre aquellos que se desempeñan en tareas de menores remuneraciones.

¿Cuánto se adecuan los ingresos por jubilaciones al nivel de vida de la población retirada?

La EGyG indaga sobre la valoración y expectativas de la población uruguaya en torno a diversos aspectos relacionados con la seguridad social y la etapa del retiro del trabajo remunerado. La enorme mayoría de la población considera que las jubilaciones son insuficientes. Esta percepción es similar entre varones y mujeres y en los distintos niveles educativos pero presenta diferencias según el grupo de edad. En particular, entre el grupo etario que suele percibir jubilaciones, casi un 90% evalúa que el monto recibido no se ajusta a su nivel de vida.

¿Qué piensan hacer las personas al llegar a la edad de jubilarse?

Aunque una parte de la población, en especial la más joven, no ha pensado cuáles son sus planes para el momento en que cumpla con las condiciones para abandonar el mercado laboral, la mayor ya tiene expectativas claras. La opción mayoritaria es la de retirarse plenamente y dejar de trabajar remuneradamente, pero hay un importante contingente de la población que tiene en sus planes no jubilarse a la mínima edad permitida y seguir trabajando (sobre todo los varones, las personas de nivel educativo bajo y la población joven).

Convivencia entre generaciones y movilidad social

¿Cuántas personas tienen a ambos padres con vida?

La convivencia entre variedad de generaciones es una tendencia creciente, en consonancia con el aumento de la esperanza de vida de las poblaciones. De forma esperable, la cantidad de personas que tiene a sus padres vivos decrece con la edad, pero en las generaciones que alcanzan los 40-44 años, el 82% tiene su madre aun viva y casi el 60% a su padre. El efecto de la mayor mortalidad masculina es impactante. A pesar de que se refleja en todas las edades, es notoria la sobrevida de las mujeres en las edades más avanzadas. Entre las personas mayores de 65 años 25% de los encuestados/as es contemporánea de su madre y solo un 4% tiene al padre vivo a esa edad.

¿Cuánta movilidad educativa ha habido en Uruguay entre generaciones?

La EGyG también permite conocer características socioeconómicas de los padres y madres de las personas encuestadas, como el nivel educativo y la ocupación principal. Así es posible identificar que en términos generales hubo un cambio generacional, entre padres e hijos, en el nivel educativo que alcanzan las personas. En promedio, las personas encuestadas tienen un mayor nivel educativo que el de sus progenitores y es posible determinar en qué medida los/as hijos/as de las personas en cada nivel educativo alcanzan o superan el nivel de sus padres.

Satisfacción con la vida

¿Cuán satisfechos están mujeres y varones en cada dimensión de la vida?

Los aspectos subjetivos son muy importantes para comprender los comportamientos de la población. Uno de los principales indicadores para evaluar la subjetividad es la satisfacción con las distintas dimensiones de la vida, que ha sido utilizada en variedad de encuestas. En los datos de la EGyG, entre un 41% de los varones y 43% de las mujeres se consideran completamente satisfechas con su vida actual. Las diferencias de género son notorias en las dimensiones vinculadas a la vida doméstica (tareas del hogar, cuidados y relación de pareja), en ellas, la proporción de mujeres que declaran completa satisfacción es menor que entre los varones.

¿Cuán satisfechas están las personas de distintas edades en cada dimensión de la vida?

Las personas adultas mayores son el grupo que muestra mayores niveles de satisfacción completa en casi todas las dimensiones de la vida, seguidos de los más jóvenes. Las personas de mediana edad presentan menores niveles de satisfacción completa, también en casi todas las dimensiones específicas. La relación con los hijos recoge la mayor proporción de personas completamente satisfechas sin importar el género y la edad.

Actitudes y valores

¿Cuán distintas son las actitudes y valores según la religiosidad, el sexo, la generación y el nivel de ingresos?

Gracias a las preguntas relativas a actitudes y valores, la encuesta permite explorar en qué medida las transformaciones en las estructuras sociales están acompañados por cambios en las valoraciones. Es de esperar que haya valoraciones heterogéneas según los distintos clivajes que diferencian a la sociedad, como se constata en varios ejemplos.
La opinión ante el enunciado “Un niño necesita un hogar con un padre y una madre para crecer feliz” puede asociarse a la adhesión al modelo de hogar nuclear tradicional como requisito para la crianza feliz. La encuesta refleja que las personas sin religión adhieren menos que las religiosas a esta idea. De todos modos, aún entre las personas religiosas, alrededor de la mitad está de acuerdo o muy de acuerdo con ese enunciado, lo que refleja probablemente el veloz cambio familiar vivido en los últimos tiempos.
Otro ejemplo de cambio valorativo podría emerger con la opinión ante “Las parejas homosexuales deben tener los mismos derechos que las parejas heterosexuales”. Si bien la sociedad uruguaya se muestra más tolerante con las parejas del mismo sexo que otras de la región, la igualdad de derechos entre las parejas, sin importar su conformación por sexo, es una idea mucho más arraigada entre las nuevas generaciones. La tendencia tiene la misma forma en Montevideo y el resto del territorio, aunque con mayores niveles de apego a la igualdad de derechos en la capital.
En el litoral norte y frontera con Brasil es donde se encuentra el mayor porcentaje de personas que no está de acuerdo con que las parejas homosexuales deberían tener los mismos derechos que las heterosexuales.
Como último ejemplo, apoyar o rechazar la idea de que “Una mujer tiene que tener hijos para sentirse realizada” permite explorar en qué medida el cambio valorativo relacionado con los feminismos en el país están arraigado en la población. Los datos muestran que es pequeña la población que considera que la maternidad es un factor indispensable para la realización personal de las mujeres, pero aún es una idea que no genera rechazo en el 25% de las mujeres y en más del 35% de los varones.
Respecto a la pregunta “¿Quién es mejor para cuidar niños pequeños, los hombres o las mujeres?” las respuestas evidencian que las personas con menores niveles de ingresos contestan en mayor medida que las mujeres son mejores cuidadoras, mientras que al aumentar los ingresos se incrementa la respuesta de que ambos lo son por igual. La proporción de personas que contesta que los varones son mejores cuidadores es menor al 1% para todos los estratos de ingresos.

Hitos de la vida sexual y reproductiva

¿Han cambiado las edades de los principales mojones de la vida sexual y reproductiva?

A pesar de tratarse de fenómenos que responden fuertemente a patrones biológicos, las edades límite de la etapa reproductiva han variado con el paso del tiempo y difieren entre las regiones del mundo. La EGyG relevó información para conocer indicadores de la edad de la pubertad y la menopausia en la población uruguaya, con el objetivo de contar con esta información a escala poblacional e investigar sus posibles clivajes sociales y generacionales.
La primera menstruación ocurre en promedio en el punto medio entre los 12 y los 13 años, mientras que a los varones uruguayos les empieza a cambiar la voz más tarde, cerca de los 14 años en promedio. Pero existen variaciones a lo largo de las generaciones. La edad a la menarca muestra una reducción mínima, a diferencia del cambio de la voz, que aumentó un año entre los jóvenes y los adultos mayores. Por otra parte, la edad a la menopausia les llega en promedio a los 48,5 años a las uruguayas, y si bien se ven algunas diferencias por nivel educativo, los valores no son concluyentes.
El comienzo de la vida sexual es asimismo relevante, no solo por su potencial vínculo con la fecundidad, sino por su importancia en el curso de vida de las personas. En el promedio de la población uruguaya, los varones inician dos años antes su vida sexual respecto a las mujeres. Pero en la sucesión de las generaciones esta distancia se acortó a poco más de medio año, como consecuencia del inicio sexual más temprano de las mujeres con el avance de las generaciones.

Las repercusiones de la pandemia de COVID-19

¿Cómo y cuánto nos afectó la pandemia?

Cuando se inició el trabajo de campo de la encuesta en octubre de 2021, la población uruguaya había convivido más de un año con la situación de emergencia sanitaria causada por la epidemia de la COVID-19. Al igual que en el resto de los países que implementaron la encuesta de Generaciones y Género de la ronda 2020, Uruguay incluyó un módulo estándar orientado a captar como fueron vividas y percibidas las consecuencias familiares, sociales y económicas de la pandemia.
La situación financiera, la calidad de vida y la satisfacción con la vida laboral fueron los ámbitos en los que la población experimentó los mayores deterioros, seguidos por el empeoramiento de la salud física y mental. Inesperadamente, la pandemia parece no haber desmejorado las relaciones familiares, tanto al interior del hogar como con integrantes de otros hogares.

¿Cuánto cambió el lugar de trabajo en la pandemia?

Las personas con mayor nivel educativo fueron quienes más se trasladaron a trabajar a sus hogares o trabajaron de forma híbrida. Estas modalidades fueron mucho menores entre la población con educación media o baja. Entre aquellos que a partir de la pandemia pasaron a teletrabajo y a formato híbrido de trabajo son mayoría las mujeres, no así las personas que continuaron trabajando desde su casa, que recoge proporciones similares entre varones y mujeres.

Las potencialidades de la EGyG para explorar y conectar diversos temas

Además de este breve repaso de algunas de las tendencias más relevantes, la EGyG permite conocer:
  • Las historias conyugales y reproductivas de las personas, de manera de conocer los cambios familiares a lo largo del tiempo
  • Las limitaciones que pueden configurar situaciones de discapacidad en niños, adolescentes y jóvenes
  • Las características demográficas socioeconómicas de padres y madres para el estudio de la movilidad y estratificación social
  • Las representaciones sociales del cuidado infantil y de la vejez
  • El uso de anticonceptivos y otras dimensiones de la salud sexual y reproductiva
  • El contexto familiar de las personas en la niñez
  • La movilidad territorial y la transición a la adultez
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